viernes, 7 de noviembre de 2008

LA GRULLA VOLADORA

CHI KUNG

Algunos dicen que el Chi Kung no puede enseñarse.
Es cierto.
Algunos dicen que el Chi kung es un Arte…
puede sugerirse, intuirse, recordarse.
Es una experiencia directa.
Es una experiencia personal.
¿Cómo ponerlo en palabras sin desvirtuarlo?

Javier Colmenar


EL CHI KUNG DE LA GRULLA VOLADORA (HÈ XIAN ZHUAN)

Es un sistema de Chi Kung compuesto por 6 formas.

¿Cuál es la finalidad de las 5 primeras formas? Abrir los meridianos o canales energéticos para que fluya la energía por todo el cuerpo. “La mente mueve la energía, la energía mueve la sangre”.

¿Cómo se percibe la apertura de los canales energéticos? Difiere según la persona y el momento: calor, frío, escalofríos, relajación, pesadez, ligereza, entumecimiento, cosquilleo, etc.


LA FORMA SIN FORMA ( LA 6ª FORMA)

¿Qué ocurre en la sexta forma? La energía inteligente encuentra los bloqueos y los libera.

¿Cuál es la finalidad de la sexta forma? La meditación en quietud. La auto-sanación. La activación de la energía en todo el organismo para equilibrar el yin y el yang.

¿Por qué puede moverse el cuerpo espontáneamente durante la práctica de la sexta forma? La energía intenta abrirse camino por las zonas que le ofrecen resistencia (bloqueos). Si la resistencia es pequeña la energía puede por si sola liberar la tensión y fluir libremente. Cuando esto no sucede, la energía provoca el movimiento espontáneo de alguna parte del cuerpo o todo el cuerpo con el fin de fluir libremente.

¿Cómo se manifiesta la auto-sanación durante la práctica de la forma sin forma? Cada movimiento externo se relaciona con alguna afección en el organismo. Cada persona necesita distintas manifestaciones externas para armonizarse, por ejemplo: movimientos de los brazos, movimientos de la cadera, temblores, movilizar la columna vertebral, golpear o masajear la parte del cuerpo enferma, quedarse inmóvil, etc.

¿Cuáles son las condiciones para practicar la forma sin forma? Cuando se logra la suficiente apertura de los canales energéticos (finalidad de las 5 primeras formas) y se adquiere facilidad para concentrarse y relajarse.

¿Es necesario el movimiento externo? No. A medida que te armonizas la actividad externa disminuye, pues el movimiento interno de la energía es suficiente. En algunos principiantes no hay movimiento externo porque todavía no se ha despertado lo suficiente la circulación de la energía. A veces, no surge el movimiento externo porque lo inhibe el ego con sus juicios y valoraciones, no estamos abiertos a lo que surja, no hay espontaneidad.

¿Qué puedo hacer si surgen vivencias durante la práctica de la forma sin forma que no quiero en ese momento? Puedes detenerlo, diciéndote: “Basta, esto no lo quiero ahora”, o bien suspirar de forma audible y prolongada. No estás hipnotizado, te estás dando cuenta de lo que ocurre y si no te gusta o no estás preparado en ese momento puedes pararlo. Si al manifestarse dolor o emociones contenidas, las inhibes conscientemente, estarás bloqueando el proceso de auto-sanación.

¿Cuándo no practicar la forma sin forma? Si estás agobiado por la falta de tiempo.

¿Cómo practicar la forma sin forma? No tengas expectativas de lo que va a suceder. Permanece en un estado de atención y apertura.


LA RESPIRACIÓN

Fisiológicamente existen dos tipos de respiración: la externa o respiración pulmonar y la interna o respiración celular.

La respiración natural es lenta, profunda, regular y sin esfuerzo.

Mediante la respiración, aparte de los intercambios gaseosos, captamos y liberamos energía.

La clave de la respiración es dejar que surja libremente, y poco a poco encontrará su propio ritmo natural.

Durante las formas inspiramos y expiramos por la nariz, pero si la respiración cambia espontáneamente, la dejamos.

La respiración abdominal o diafragmática: Cuando el aire entra por la nariz el diafragma desciende y el abdomen relajado, cede hacia fuera, como si se llenase; al salir el aire por la nariz, el diafragma asciende relajándose y el abdomen va hacia dentro.


LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

Cada persona comienza a practicar chi kung por razones diversas: para curarse de una enfermedad, para encontrarse a sí mismo, para llenar su vacío, para sentirse mejor, para liberar el estrés, para aliviar su dolor de espalda, por curiosidad, para olvidar sus problemas, …

El chi kung va a favor de la salud, la medicina occidental va en contra de la enfermedad.
La mente dirige la energía y la energía mueve la sangre.

La realidad no puede entenderse aisladamente, sino en relación con todo lo demás.
Cuanto más nos acercamos a lo observado, más se disuelve.
El observador, su observación y la cosa observada no son independientes entre sí. La realidad depende del observador.
La energía sostiene la vida.
Cualquier síntoma físico de una enfermedad va precedido de una alteración energética. La energía es portadora de información. Cuando una célula no recibe suficiente energía vital, la información que le llega sobre lo que tiene que hacer será deficiente. La circulación sanguínea también se verá afectada y la célula estará mal nutrida y se llenará de toxemia. Su capacidad de reacción ante cualquier estrés, como puede ser ante un germen patógeno disminuirá.

El chi kung interviene en el plano energético, reorganiza al ser antes de que la alteración se manifieste en el plano físico. Cuando la alteración ya está en el plano físico, el chi kung ayuda a sanar desde dentro. Practicar chi kung puede compararse a cultivar flores en el propio jardín, mientras que la acupuntura (intervención externa) sería como coger flores del jardín del vecino.

La enfermedad nos recuerda algo que hemos de aprender. Podemos sanar, si miramos directamente hacia nuestro interior y comenzamos a desvelar los engaños que nos contamos y nos creemos sobre cómo son el mundo, los demás, nosotros o el Ser.


LA VIVENCIA DE LA PRACTICA

Con la práctica asidua y constante se abren los canales y centros energéticos y se armonizan los tres tan tien (inferior, medio y superior).

Nuestro estado psíquico/anímico se refleja en nuestro estado de salud y también en las posturas y los movimientos que hacemos.

Durante las formas en movimiento se produce una alternancia entre tensión (yang) y relajación (yin). Yin y yang se complementan, el uno se transforma en el otro, hallando un equilibrio dinámico, al igual que el ciclo día/noche.

Con la práctica, experimentamos en nuestro organismo la alternancia dinámica entre yin y yang. Esto se consigue dándonos tiempo para sentir cada movimiento lento mientras la sonrisa interna va impregnando cada célula de nuestro cuerpo. La célula respira, se llena de vitalidad y libera el estrés y las toxinas acumuladas, la célula se siente viva y te devuelve la sonrisa.

Tomar conciencia propioceptiva significa sentir, transformar el pensamiento en sensación, en una experiencia directa y auténtica del cuerpo.

El estado de percepción atenta y de apertura (espontaneidad). La actitud adecuada durante la práctica conlleva estar atentos, darnos cuenta de lo que ocurre, de lo que hacemos, experimentar la vivencia del momento presente con todos los sentidos, pero sin juzgarla. Estar abiertos significa estar dispuestos a cambiar, a adaptarnos, a reconocer que nada permanece inmutable, y a saber que si oponemos resistencia estamos creando tensión.

Lo que más dificulta el avanzar en la práctica es el no sentir el ejercicio.

Podemos tomarnos el tiempo de práctica como una investigación y una vivencia del cuerpo, la mente y el espíritu.

Cuando dirigimos la energía por el cuerpo, no debe ser un acto de control, sino más bien, una sugerencia, pero no como algo fijo que se quiere conseguir. Por ejemplo, cuando recorres el canal central desde la coronilla al perineo, simplemente vas situando tu conciencia en distintos puntos y estás abierto y atento a lo que surja.

Es muy importante liberar la energía bloqueada en las articulaciones, pues inhibe el flujo de energía por todo el cuerpo. Si la articulación está enferma, la moveremos muy suavemente, sintiéndola, aumentando la movilidad gradualmente, de este modo se puede curar, al mejorar la circulación de la energía y de la sangre y los líquidos orgánicos.

Una sensación de felicidad auténtica, surge durante la práctica de la sonrisa interna. Es como si una ola cálida y relajante de alegría te impregnase todas las células del cuerpo, desde los pies a la cabeza. Si tratas de retener esta sensación o de influir sobre ella, se desvanece.

Los ejercicios de la Grulla Voladora, estimulan todas las vibraciones energéticas del organismo, armonizándolas y purificándolas. Lentamente se va desarrollando una correspondencia entre las vibraciones internas del organismo y las vibraciones del mundo exterior.



Fuente:
Qi Gong “La Grulla Voladora”. Ejercicios de meditación en movimiento. ASTRID SCHILLINGS Y PETRA HINTERTHUR.
Ediciones Martínez Roca.